Digamos que el pobre maestro hubiera podido disfrutar por mucho tiempo de una existencia plácida y feliz, ... de no haberse cruzado en su camino la criatura que más turbaciones causa en la existencia del hombre, mayores aún que cualesquiera espectros, demonios y brujos juntos: una mujer.

Washington Irving

Washington Irving

Profesión: Autor
Nacionalidad: Americano

Sugerencias para ti :

Un padre puede darle la espalda a su hijo, los hermanos y las hermanas pueden convertirse en enemigos habituales, los maridos pueden desertar a sus esposas, y las esposas a sus maridos. Pero el amor de una madre perdura.

Un temperamento agrio no se suaviza con la edad, y una lengua afilada es el único instrumento cortante que crece más con el uso constante.

El matrimonio es el tormento de uno, la felicidad de dos, y la enemistad de tres.

Es el verdadero encantador, cuyo hechizo funciona, no sobre los sentidos, sino sobre la imaginación y el corazón.

El buen humor honesto es el aceite y el vino de un encuentro feliz, y no hay ningún compañerismo jovial igual que aquel donde las bromas son algo pequeño y la risa abundante.

El amor nunca se pierde. Si no es correspondido, fluirá de regreso para suavizar y purificar el corazón.

Cuando una persona le dice a otra que se ve muy joven, debe tener la certeza de que se está envejeciendo.

Una de las mejores y más simples herramientas para aprender más y crecer es hacer más.

Éste fue el teatro de su transitoria alegría y hermosura, y allí estaban las huellas de su elegancia y regocijo. ¿Que ha sido de ellos y dónde están? ¡Polvo y cenizas!... ¡Habitantes de las tumbas!... ¡Fantasmas del recuerdo!...

¡Dulce es el recuerdo de amigos lejanos! Como los rayos suaves del sol saliente, cae con ternura, aunque tristemente, sobre el corazón.

El temperamento nunca se suaviza con la edad, y una lengua afilada es el único instrumento cortante que crece más con el uso constante.

No hay celos donde no hay una fuerte relación.

La Navidad es una época para encender la hoguera de la hospitalidad, la llama genial de la caridad en el corazón.

Una palabra suave puede golpear rudamente.