Frases de Lucius Séneca
El tiempo descubre la verdad.
Cuando uno es amigo de sí mismo, lo es también de todo el mundo.
La felicidad es no tener que pensar en ella.
Es más apropiado para un hombre reírse de la vida que lamentarse de ella.
El aplazamiento de la ira es el mejor antídoto para la ira.
Pocos hay viejos y dichosos.
Virtuosa cosa es perdonar a quien se arrepiente.
Aquel que tiene gran poder debe usarlo livianamente.
Muchas veces la pasión nos ata la lengua.
No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va.
El que es valiente es libre.
Los hombres aman sus vicios y al mismo tiempo los odian.
Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho.
La embriaguez no es más que locura voluntaria.
El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.
El sabio en su retiro es útil a la comunidad.
Sólo en la fortuna adversa se hallan las grandes lecciones del heroísmo.
El que teme es un esclavo.
El peor enemigo es el que está encubierto.
No hay cosa más fuerte que el verdadero amor.
Una parte importante de la curación consiste en querer ser curado.
Nadie nunca fue sabio por casualidad.
Es difícil tener como amigos a todos; basta con no tenerlos como enemigos.
La carencia de una cosa le da precio.
Una bondad perseverante vence a los malvados.
La vida es como una escuela de gladiadores: convivir y pelear.
Toda virtud se fundamenta en la medida.
No aprendemos para la escuela, sino para la vida.
La adversidad vuelve sabio al hombre.
El amor no se asusta de nada.
Pesa las opiniones, no las cuentes.
Mucha parte de la verdad está por descubrir.
No es beneficio el que nos obliga a recibir.
La virtud que se adorna y alaba ya tiene un defecto.
Una vida feliz es una que esté de acuerdo con su propia naturaleza.
Hace falta toda una vida para aprender a vivir.
No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.
Una gran fortuna es una gran esclavitud.
Cuanto mayor es la prosperidad tanto menor se debe confiar en ella.
Los hombres aprenden mientras enseñan.
Languidece la virtud sin adversarios.
La adversidad es ocasión de virtud.
El amor en su esencia es el fuego espiritual.
La amistad y la enemistad proceden de la voluntad.
El miedo se pinta en el rostro.
Quien da pronto da dos veces.
No existe ningún gran genio sin un toque de demencia.
No hay mayor causa de llanto que no poder llorar.
No hay viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige.
No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.
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